El árbol que guardaba secretos de estrellas

Érase una vez, en un bosque muy lejano, un árbol muy especial que se llamaba Estelaria. Este árbol, conocido por todos en el bosque, guardaba en sus ramas el secreto de las estrellas.

Los animalitos del bosque acudían a Estelaria en las noches más oscuras para pedirle consejo y encontrar un poco de luz en sus vidas. El sabio árbol siempre les escuchaba con paciencia y les daba las respuestas que necesitaban.

Un día, una gran tormenta azotó el bosque y las ramas de Estelaria sufrieron un gran daño. Las estrellas, alarmadas, dejaron de brillar y los animalitos ya no tenían a quien acudir en busca de ayuda.

Los habitantes del bosque, preocupados por la tristeza que invadía el lugar, se reunieron para buscar una solución. El conejito Saltarín propuso: «¡Debemos encontrar una manera de sanar a Estelaria para que las estrellas vuelvan a brillar y nuestros corazones se llenen de alegría otra vez!»

El zorrito Astuto dijo: «He escuchado que en lo más profundo del bosque vive la Hada de las Estaciones, ella posee el poder de sanar a los seres mágicos como nuestro amigo Estelaria.»

Decidieron entonces emprender un viaje hacia lo más profundo del bosque, donde se escondía la Hada de las Estaciones. En su camino, encontraron diversos obstáculos que superaron trabajando en equipo y demostrando su valentía.

Al fin, llegaron al escondite del hada y le contaron sobre la tristeza de Estelaria y la oscuridad que reinaba en el bosque sin sus estrellas. El hada, conmovida por sus palabras, les entregó una poción mágica y les dijo: «Esta poción sanará a Estelaria, pero solo funcionará si todos juntan sus fuerzas y la acompañan con una canción llena de esperanza y alegría.»

Los animalitos corrieron de vuelta hacia el árbol herido. Vertieron la poción en sus raíces y, tomados de las manos, comenzaron a cantar con todas sus fuerzas. La melodía se extendió por todo el bosque y llegó hasta el cielo, donde las estrellas escucharon el canto y comenzaron a brillar con más fuerza que nunca.

De repente, un destello iluminó el tronco de Estelaria y todas las ramas comenzaron a sanar y regenerarse. El árbol, lleno de gratitud, les dijo a los animalitos: «Gracias a su valentía y solidaridad, he recobrado mis fuerzas y los secretos de las estrellas volverán a brillar para guiarlos en los momentos oscuros.»

Desde ese día, Estelaria volvió a ser el confidente de todos en el bosque, gracias al amor y esfuerzo de sus amigos. Y cada noche, los animalitos se reunían alrededor del árbol para escuchar las historias que las estrellas tenían para contarles, recordando siempre que juntos podían vencer cualquier dificultad.


Apúntate a la newsletter y recibe cuentos como este directamente en tu correo electrónico.


    CuentIA

    Recibe cada día un cuento diferente para que se lo cuentes a tus hijos a la hora de dormir.
    Haz que irse a la cama sea un momento mágico para toda la familia.

    Información legal

    Política de privacidad

    Aviso legal

    Política de cookies

    Contacta con nosotros

    Contacto

    Feedback