El día que volví al mundo de los dinosaurios

Había una vez una niña llamada Marina, a la que le encantaban los dinosaurios. Todos los días leía libros sobre ellos, miraba documentales en la televisión y coleccionaba figuras de juguete. Un día, mientras paseaba por el bosque cerca de su casa, encontró una cueva misteriosa. Sin dudarlo, decidió entrar y, para su sorpresa, ¡se encontraba en el mundo de los dinosaurios!

Marina no podía creérselo. Frente a ella, veía a enormes dinosaurios paseando y jugando. Estaba emocionada, pero pronto se dio cuenta de que estaba sola y perdida en ese mundo lejano. Tenía que encontrar la manera de regresar a casa, pero ¿cómo lo lograría?

Caminando entre helechos gigantes, Marina divisó a un pequeño dinosaurio verde que parecía amistoso. Se acercó con cuidado y le preguntó: ‘Pequeño dinosaurio, ¿sabes cómo puedo volver a mi casa?’. El dinosaurio asintió y le dijo: ‘Sí, debes encontrar la Piedra del Tiempo, que tiene el poder de transportarte de regreso a tu mundo’.

Sin perder tiempo, Marina siguió las indicaciones del simpático dinosaurio y se adentró en un bosque espeso. Después de muchas aventuras y desafíos, por fin llegó a una gran montaña donde se encontraba la misteriosa Piedra del Tiempo. Estaba resguardada por un temible Tiranosaurio Rex que no parecía dispuesto a dejarla cogerla.

Marina recordó lo mucho que había aprendido sobre los dinosaurios y, con valentía, decidió acercarse al Tiranosaurio Rex. ‘Señor Tiranosaurio, no vengo en son de guerra, solo necesito la Piedra del Tiempo para regresar a casa’, dijo con voz temblorosa. El dinosaurio la examinó durante unos segundos y, finalmente, le tendió la piedra con una sonrisa.

Con la Piedra del Tiempo en su poder, Marina cerró los ojos y pensó en su casa. De repente, sintió un torbellino a su alrededor y, al abrir los ojos, se encontraba de nuevo en el bosque cerca de su casa. Estaba feliz de regresar, pero también echaba de menos a sus amigos dinosaurios.

Desde ese día, Marina supo que, aunque los dinosaurios vivían en el pasado, siempre podría volver a visitarlos en sus sueños y en su imaginación. Y así, cada noche, antes de dormir, cerraba los ojos y volvía al mundo de los dinosaurios, donde vivía emocionantes aventuras una y otra vez.


Apúntate a la newsletter y recibe cuentos como este directamente en tu correo electrónico.


    CuentIA

    Recibe cada día un cuento diferente para que se lo cuentes a tus hijos a la hora de dormir.
    Haz que irse a la cama sea un momento mágico para toda la familia.

    Información legal

    Política de privacidad

    Aviso legal

    Política de cookies

    Contacta con nosotros

    Contacto

    Feedback