Había una vez en un pequeño pueblo, una niña llamada Sofía. Sofía era muy curiosa y siempre estaba en busca de nuevas aventuras. Un día, mientras acomodaba su cama, descubrió algo increíble: una puerta secreta escondida bajo su almohada. Sin pensarlo dos veces, decidió abrirla y adentrarse en el misterioso mundo que se encontraba al otro lado.
Al cruzar la puerta, Sofía se encontró en un bosque mágico lleno de árboles brillantes y flores que cantaban. No sabía cómo había llegado allí, pero estaba maravillada. De repente, una mariposa parlante se posó en su hombro y le dijo: ‘Bienvenida, querida Sofía. Has encontrado el camino hacia el Reino Encantado’.
Sofía, emocionada, decidió explorar aquel lugar maravilloso. Sin embargo, pronto se dio cuenta de que estaba perdida. No reconocía nada a su alrededor y no sabía cómo regresar a casa. Comenzó a preocuparse y a temer no volver a ver a su familia.
Justo en ese momento, apareció un hada madrina con una varita brillante. ‘No temas, querida Sofía’, dijo el hada. ‘Estoy aquí para ayudarte a encontrar el camino de regreso. Pero antes, debes superar tres desafíos que te enseñarán valiosas lecciones’.
El primer desafío consistía en cruzar un puente muy estrecho sobre un río lleno de cocodrilos hambrientos. Sofía, con coraje, logró superar su miedo a las alturas y cruzó el puente sin problemas.
El segundo desafío era encontrar una llave mágica escondida en lo más profundo del bosque. Con astucia y determinación, Sofía descubrió la llave detrás de una cascada brillante y la guardó con cuidado.
Finalmente, el tercer desafío consistía en liberar a un unicornio atrapado en una cueva oscura. Sofía, con bondad en su corazón, consiguió calmar al unicornio asustado y lo ayudó a salir de la cueva.
El hada, impresionada por la valentía y bondad de Sofía, le entregó un colgante brillante que actuaba como un amuleto mágico. Con él, Sofía podría regresar a su casa cuando lo deseara.
Llena de alegría, Sofía regresó a través de la puerta secreta bajo su almohada y se encontró de vuelta en su dormitorio. Con el colgante brillante en su mano, supo que siempre llevaría consigo un recuerdo de su increíble aventura en el Reino Encantado.
Y así, cada vez que Sofía deseaba vivir una nueva aventura, sabía que solo debía buscar la puerta secreta bajo su almohada y dejar volar su imaginación a través de los mundos mágicos que aguardaban al otro lado.
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