Los amigos del libro encantado
Había una vez en un pequeño pueblo, tres amigos muy curiosos: Ana, Marcos y Lucas. Un día, mientras exploraban el bosque, encontraron un libro encantado en una cueva misteriosa. Al abrirlo, una luz brillante los rodeó y de repente, se vieron transportados al mundo de las historias.
Los tres amigos se encontraron en un prado verde, con un camino de piedras que los llevaba a un castillo en la colina. Decidieron aventurarse y en el camino se toparon con un hada. ‘Bienvenidos, intrépidos viajeros. Para regresar a su mundo, deben ayudar a resolver un problema’, les dijo el hada antes de desaparecer.
Confundidos, los amigos continuaron hacia el castillo. Allí, encontraron al rey llorando. Les explicó que un dragón había robado la preciada gema que mantenía la paz en el reino y sin ella, todo estaba en peligro.
‘Debemos encontrar al dragón y recuperar la gema’, dijo Ana decidida. Los amigos se armaron de valor y salieron en busca del dragón. Tras seguir las huellas del dragón, llegaron a una cueva oscura donde escucharon un fuerte ronquido. Allí encontraron al dragón, dormido con la gema brillando en su garra.
‘Debemos ser astutos’, susurró Marcos. Así que idearon un plan para recuperar la gema sin despertar al dragón. Lucas usó su agilidad para acercarse sigilosamente y con un movimiento rápido, logró quitar la gema sin despertar al dragón.
Una vez con la gema en su poder, los amigos regresaron al castillo donde el rey los esperaba ansioso. Al devolverle la gema, el rey les agradeció con emoción. De repente, todo comenzó a brillar y los amigos se encontraron de vuelta en el bosque.
‘¡Lo logramos!’, exclamaron los amigos emocionados. El hada apareció de nuevo y les felicitó por su valentía y astucia. Como recompensa, les regaló un nuevo libro encantado que los llevaría a vivir muchas más aventuras juntos.
Y así, entre risas y abrazos, los amigos juraron seguir explorando juntos y enfrentando cualquier desafío que se les presentara en el mágico mundo de las historias.
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