Los cuentos perdidos del bosque profundo
Había una vez en un lejano bosque, un pequeño zorro llamado Rusty. Rusty vivía en un árbol hueco en compañía de sus amigos, los pájaros cantores.
Un día, mientras exploraba el bosque, Rusty encontró un cofre antiguo entre la maleza. Dentro del cofre, descubrió un mapa que mostraba la ubicación de los cuentos perdidos del bosque profundo.
Emocionado, Rusty reunió a sus amigos pájaros y juntos decidieron emprender la búsqueda de los cuentos perdidos. El camino no sería fácil, ya que debían superar diferentes pruebas y desafíos para llegar a su destino.
El primer desafío al que se enfrentaron fue un río caudaloso que bloqueaba su camino. Los pájaros propusieron volar sobre el río llevando un hilo de oro para que Rusty pudiera cruzar sosteniéndose de él. Con mucho cuidado y trabajo en equipo, lograron superar el primer obstáculo.
El siguiente desafío fue un laberinto de arbustos espinosos. Rusty, con su agilidad, logró encontrar el camino correcto guiado por el canto de los pájaros, que desde lo alto le indicaban la dirección. Finalmente, salieron del laberinto sano y salvo.
Tras caminar durante horas, llegaron a una gran montaña que debían escalar para alcanzar la cueva donde se encontraban los cuentos perdidos. Los pájaros, con sus alas, ayudaron a Rusty a subir la empinada montaña, posándose en las rocas para servir de escalones.
Finalmente, exhaustos pero llenos de determinación, Rusty y los pájaros llegaron a la entrada de la cueva. En su interior, encontraron un viejo búho sabio que custodiaba los cuentos perdidos del bosque profundo.
El búho les dijo: ‘Para demostrar que sois valientes y dignos de conocer los cuentos perdidos, debéis resolver este acertijo: ¿Qué es lo que siempre sube y nunca baja?’
Después de pensar durante un momento, Rusty exclamó emocionado: ‘¡La edad!’ El búho sonrió y asintió con la cabeza, permitiéndoles el acceso a los antiguos cuentos.
Dentro de la cueva, encontraron libros llenos de historias mágicas y emocionantes que habían sido olvidadas con el tiempo. Rusty y sus amigos se sentaron a leer juntos, sumergiéndose en las páginas de los cuentos perdidos del bosque profundo.
Desde ese día, Rusty y los pájaros se convirtieron en los guardianes de los cuentos perdidos, compartiendo las historias con todos los habitantes del bosque y asegurándose de que nunca se volvieran a perder.
Y colorín colorado, este cuento del bosque profundo ha terminado.
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