El gato que vivía entre los libros

Érase una vez en un pequeño pueblo, un gato muy curioso llamado Tomás. A diferencia de los demás gatos, a Tomás no le gustaba cazar pájaros ni perseguir ratones. Lo que a él realmente le apasionaba era leer libros. Sí, así es, ¡un gato que amaba la lectura!

Todas las noches, cuando la biblioteca del pueblo cerraba sus puertas, Tomás se colaba sigilosamente entre los estantes y pasaba horas sumergido en las páginas de hermosas historias. Le encantaba sentir el olor a papel y tinta, y le parecía mágico perderse en mundos de aventuras y fantasía.

Un día, cuando Tomás se disponía a salir de la biblioteca después de una larga noche de lectura, escuchó un ruido extraño. Era un pequeño ratón que se había quedado atrapado en una esquina, asustado y temblando.

— ¡No temas, pequeño ratón! —dijo Tomás con voz tranquila—. No voy a hacerte daño, yo no soy como los demás gatos. ¿Qué haces tú por aquí?

El ratón, sorprendido por las palabras amables de Tomás, le contó que estaba buscando un libro especial que le ayudara a resolver un problema muy importante. Resulta que la cosecha de semillas de su familia se había echado a perder y necesitaban encontrar una solución antes de que llegara el invierno.

— Yo conozco muchos libros, tal vez pueda ayudarte —respondió Tomás, con una sonrisa—. Ven conmigo, juntos buscaremos la respuesta en las páginas de los libros.

Y así, el gato y el ratón comenzaron una fascinante aventura en busca de la solución para el problema de la familia ratonil. Recorrieron estante por estante, leyendo cuentos antiguos, fábulas clásicas y libros de ciencia. Hasta que finalmente, dieron con un libro muy especial que parecía tener la respuesta que buscaban.

El libro hablaba de la importancia de la cooperación y la solidaridad entre los animales. Contaba la historia de una ardilla, un pájaro y un conejo que, trabajando juntos, lograban recolectar suficientes alimentos para sobrevivir al invierno. Tomás y el ratón entendieron el mensaje y se miraron con determinación.

— Creo que ya sé qué tenemos que hacer —dijo el ratón con entusiasmo—. Debemos unir fuerzas con otros animales del bosque para poder recolectar las semillas a tiempo.

Los dos amigos salieron de la biblioteca dispuestos a poner en práctica lo aprendido. Hablaron con las ardillas, los pájaros, los conejos y otros habitantes del bosque, y les explicaron la situación. Para su alegría, todos estuvieron dispuestos a colaborar y trabajaron juntos para recolectar las semillas antes de la llegada del invierno.

Gracias a la solidaridad y al trabajo en equipo, la familia del ratón pudo almacenar suficiente comida para sobrevivir durante la estación fría. Tomás se convirtió en el protector de la biblioteca, donde todos los animales del bosque se reunían para leer y aprender juntos.

Y colorín colorado, este cuento del gato que vivía entre los libros y su amigo ratón, ha terminado. ¡Que la magia de la lectura y la amistad os acompañe siempre!


Apúntate a la newsletter y recibe cuentos como este directamente en tu correo electrónico.


    CuentIA

    Receive a different story every day to tell your children at bedtime.
    Make going to bed a magical moment for the whole family.

    Legal information

    Privacy policy

    Legal advice

    Cookies policy