Erase una vez en un pequeño pueblo, vivía un niño llamado Martín. Martín era un niño curioso y aventurero al que le encantaba leer cuentos de hadas y viajar con su imaginación a lugares mágicos.
Un día, mientras exploraba el desván de su casa, Martín encontró un libro muy especial. Este libro, titulado ‘El libro que llevaba al futuro’, parecía brillar con luz propia. Sin dudarlo, Martín abrió el libro y se adentró en sus páginas.
De repente, se encontró en un lugar extraño y futurista, lleno de luces de colores y tecnología avanzada. Allí conoció a Robi, un simpático robot con corazón humano. Robi le explicó a Martín que el libro tenía el poder de llevar a quienes lo leían al futuro, y que él era el guardián de ese mágico lugar.
Ante la sorpresa de Martín, Robi le dijo: ‘Martín, debes ayudarnos. Nuestro mundo está en peligro debido a un virus informático que está dañando nuestros sistemas. Necesitamos tu ayuda para encontrar la manera de detenerlo’.
Asustado pero decidido a ayudar, Martín preguntó a Robi cómo podía resolver ese problema. El robot le explicó que debían encontrar la fuente de energía principal donde se alojaba el virus y eliminarlo antes de que fuera demasiado tarde.
Juntos, Martín y Robi se embarcaron en una emocionante aventura por el futuro. Recorrieron calles futuristas, volaron en naves espaciales y descifraron enigmas tecnológicos. Hasta que finalmente llegaron a la sala de la fuente de energía.
Allí se enfrentaron a pruebas y obstáculos, pero con ingenio y valentía lograron desactivar el virus y restaurar la armonía en el mundo futuro. Los habitantes del lugar, agradecidos, celebraron la valentía de Martín.
De vuelta al presente, Martín cerró el mágico libro y regresó a su hogar con el corazón lleno de alegría. Desde entonces, recordaría esa increíble aventura cada vez que abriera un libro, sabiendo que la magia y el futuro estaban más cerca de lo que creía.
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