El tiburón que guiaba a los niños hacia la luz

Érase una vez en lo más profundo del océano, un tiburón llamado Finn. A diferencia de los demás tiburones, Finn no quería asustar a nadie, sino ayudar a los demás. Un día, se enteró de que en las profundidades del mar vivían unos niños perdidos que buscaban el camino hacia la luz.

Finn decidió que guiaría a esos niños a través de los oscuros y peligrosos arrecifes, hasta el lugar donde la luz del sol brillaba con fuerza. Sabía que no sería una tarea fácil, pero estaba dispuesto a intentarlo.

Así, se adentró en los laberintos submarinos y pronto se encontró con los pequeños, asustados y confundidos. —¿Podemos confiar en ti, tiburón? —preguntó Valeria, la niña más valiente del grupo. —Sí, solo quiero ayudarlos a encontrar el camino hacia la luz —respondió Finn con amabilidad.

Los niños decidieron seguir a Finn, que nadaba con elegancia y les indicaba cuál era la mejor dirección a seguir. En su camino, se encontraron con medusas brillantes y peces de colores, pero Finn los protegía y los guiaba con seguridad.

De repente, una gran roca bloqueaba el camino hacia la luz. Los niños estaban preocupados y pensaron que nunca podrían llegar hasta allí. Finn, sin embargo, se acercó a la roca y con sus fuertes mandíbulas empezó a romperla en pedazos. —¡Increíble, Finn! —exclamó emocionado Lucas, uno de los niños. —Nada es imposible cuando trabajamos juntos —respondió el tiburón con determinación.

Después de superar la roca, siguieron nadando con energía renovada. Finalmente, avistaron un resplandor dorado que provenía de la superficie. Los niños sintieron una emoción indescriptible al ver la luz del sol brillando bajo el agua. —¡Lo hemos logrado, gracias a ti, Finn! —gritó Valeria, llena de alegría.

Los niños salieron a la superficie y, con la ayuda de Finn, llegaron sanos y salvos a la orilla. Allí, los esperaban sus familias, que los abrazaron con felicidad. —¿Cómo podemos agradecerte, Finn? —preguntaron los niños, emocionados. —Solo les pido que recuerden que, incluso en los momentos más oscuros, siempre hay una luz que nos guía —respondió el tiburón con sabiduría.

Y así, Finn se despidió de los niños, que nunca olvidarían la increíble aventura que habían vivido junto a un tiburón tan especial. Desde ese día, cada vez que veían brillar el sol en lo alto del cielo, recordaban la valentía y generosidad de Finn, el tiburón que los guiaba hacia la luz.


Apúntate a la newsletter y recibe cuentos como este directamente en tu correo electrónico.


    CuentIA

    Receive a different story every day to tell your children at bedtime.
    Make going to bed a magical moment for the whole family.

    Legal information

    Privacy policy

    Legal advice

    Cookies policy