Érase una vez, en un lejano planeta del sistema solar, un tren muy especial que tenía la increíble capacidad de viajar a la velocidad de la luz. Este tren mágico se llamaba Chispitas y su misión era llevar alegría a todos los niños y niñas de la galaxia.
Un día, mientras Chispitas recorría la Vía Láctea en su rutina diaria, una terrible avería en el sistema de propulsión lo dejó completamente paralizado en medio del espacio. Los niños y niñas que esperaban en las estaciones de cada planeta se preocuparon al ver que el tren no llegaba.
– Oh no, ¿qué ha pasado con Chispitas? -se preguntaban unos a otros con angustia. Pero no todo estaba perdido, porque en uno de los vagones del tren vivía un simpático robot llamado Destellos, cuya misión era solucionar cualquier problema que surgiera en el viaje.
Destellos salió de su vagón ataviado con su cinturón de herramientas y se puso manos a la obra para arreglar la avería. Los cables chisporroteaban y las luces parpadeaban, pero el valiente robot no se rindió. Con la ayuda de los niños y niñas, que le pasaban las herramientas mientras animaban con aplausos, Destellos logró reparar el sistema de propulsión del tren.
– ¡Lo hemos conseguido! -exclamó Destellos, emocionado, mientras Chispitas volvía a encender sus luces y motores con un brillo especial.
El tren retomó su viaje a la velocidad de la luz, y poco a poco fue llegando a cada estación, donde los niños y niñas lo recibían con alegría y algarabía. Chispitas y Destellos se convirtieron en héroes para todos ellos, que agradecieron con una gran fiesta en cada parada.
– Nunca olvidaremos este día, gracias a Chispitas y Destellos por su valentía -decían los niños y niñas, felices de poder seguir disfrutando de su mágico tren.
Y así, el tren que viajaba a la velocidad de la luz continuó llevando sonrisas y diversión a todos los rincones de la galaxia, demostrando que con valentía, trabajo en equipo y mucha ilusión, no hay problema que no se pueda resolver. ¡Hasta el próximo viaje, Chispitas y Destellos!
Apúntate a la newsletter y recibe cuentos como este directamente en tu correo electrónico.