En un hermoso parque, lleno de colores y risas, vivía Glotón, un simpático osito de peluche. Glotón era muy travieso y le encantaba jugar todo el día.
Un día soleado, Glotón decidió visitar el parque de los juegos, donde había resbaladillas, columpios y un enorme laberinto. Al llegar, vio a sus amigos Lila la jirafa y Max el mono, que estaban atrapados en el laberinto.
– ¡Ayuda, Glotón! – gritó Lila.
– Estamos perdidos – se quejó Max.
Glotón, valiente y decidido, se adentró en el laberinto para rescatar a sus amigos. El laberinto era muy grande y confuso, con pasillos que se entrelazaban y puertas secretas. Glotón recordó lo que su abuelita le había enseñado sobre laberintos: para encontrar la salida, había que seguir el camino de las flores rojas.
Con mucha atención, Glotón buscó las flores rojas y las siguió cuidadosamente. Pasó por puentes, subió escaleras y se deslizó por toboganes, siempre siguiendo las flores rojas.
De repente, escuchó la risa de sus amigos. ¡Había llegado a la salida del laberinto! Lila y Max lo abrazaron emocionados, agradecidos por ser tan valiente y astuto.
– ¡Gracias, Glotón! Eres el mejor amigo que podríamos desear – dijo Lila.
– Sí, eres todo un héroe – añadió Max.
Los tres amigos salieron del laberinto y se dirigieron a los columpios, donde jugaron y rieron hasta que el sol se puso. Glotón estaba feliz de haber ayudado a sus amigos y de haber vivido una emocionante aventura en el parque de los juegos.
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