La niña que encontró un sueño en el aire

Érase una vez en un pequeño pueblo, vivía una niña llamada María. María era una niña curiosa y soñadora a la que le encantaba mirar las nubes y pensar en historias. Un día, mientras paseaba por el campo, María vio algo brillar en el cielo.

Corrió hacia aquello que llamó su atención y descubrió una pequeña burbuja de cristal flotando en el aire. Dentro de la burbuja, había un hermoso sueño que parecía estar atrapado.

María, con mucha determinación, decidió ayudar al sueño a salir de la burbuja. Pensó y pensó en cómo podría lograrlo, hasta que tuvo una idea brillante. Se acercó a la burbuja y dijo con voz clara: ‘Sueño, sueño, ¿qué necesitas para poder despertar?’

La burbuja tembló ligeramente y una vocecita suave respondió: ‘Necesito que alguien crea en mí y me dé un poco de magia’.

María sonrió emocionada, ¡sabía que ella podía ayudar al sueño! Se puso manos a la obra y empezó a recoger ingredientes mágicos: una pizca de estrellas brillantes, un suspiro de viento fresco y unas gotas de rocío de la mañana. Con todo en sus manos, sopló con suavidad sobre la burbuja.

Poco a poco, la burbuja se fue deshaciendo y el sueño empezó a tomar forma. Era un sueño colorido y alegre que pronto empezó a volar alrededor de María, llenándola de felicidad.

‘Gracias, María’, dijo el sueño, ‘gracias por creer en mí y por darme un nuevo comienzo’.

Desde ese día, María y el sueño se hicieron amigos inseparables. Juntos vivieron mil aventuras y ayudaron a muchas personas a encontrar sus propios sueños en el aire. Y colorín colorado, este cuento de magia y amistad se ha acabado.


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