Érase una vez en un lejano reino, un hermoso castillo rodeado de campos de flores de colores donde vivía la princesa Luna. Luna era conocida por su alegría y sus dulces sueños que inspiraban a todos en el reino.
Una noche, mientras la princesa dormía, un malvado hechicero llamado Sombra se coló en el castillo y robó la caja de los sueños de la princesa. Esta caja contenía los sueños más preciados de Luna, aquellos que le daban esperanza y felicidad.
Al despertar, la princesa Luna sintió un gran vacío en su corazón. Sin sus sueños, se sentía triste y desanimada. Se dio cuenta de que algo terrible le había sucedido a su caja de sueños y decidió emprender un viaje para recuperarla y devolver la alegría a su reino.
En su camino, Luna se encontró con el hada Iris, quien le ofreció su ayuda. Juntas, trazaron un plan para adentrarse en el oscuro castillo de Sombra y recuperar la caja de los sueños.
Al llegar al castillo, Luna y el hada Iris se encontraron con Sombra, quien reía malévolamente al verlas. ‘¿Qué buscan aquí, princesita? Tus sueños ahora me pertenecen y no los devolveré nunca’, dijo Sombra con una sonrisa siniestra en el rostro.
Sin embargo, Luna no se dio por vencida. Con valentía, se acercó a Sombra y le habló con determinación: ‘Devuélveme lo que es mío, Sombra. Mis sueños no te pertenecen y no permitiré que sigas causando tristeza en mi reino’.
Sombra, sorprendido por la determinación de la princesa, vaciló por un momento. Luna aprovechó ese instante de duda y con la ayuda del hada Iris, lograron arrebatarle la caja de los sueños. Al abrir la caja, una luz brillante y cálida inundó el castillo, disipando la oscuridad y devolviendo la alegría a Luna.
Los sueños volvieron a la princesa, más hermosos y poderosos que nunca. Sombra, derrotado, desapareció en las sombras, jurando no volver a molestar nunca más. El reino volvió a llenarse de color y alegría, gracias al coraje y la determinación de la princesa Luna y la ayuda del hada Iris.’
Y colorín colorado, este cuento de hadas y valentía ha terminado. Recuerda, querido lector, que no hay oscuridad que pueda apagar la luz de nuestros sueños si tenemos el valor de luchar por ellos.
Apúntate a la newsletter y recibe cuentos como este directamente en tu correo electrónico.