La aventura en el reino del hielo eterno

Había una vez en un lejano reino un valiente explorador llamado Lucas, que se adentró en el misterioso Reino del Hielo Eterno en busca de un tesoro legendario. El reino estaba cubierto de nieve y hielo, y una gélida brisa soplaba sin descanso.

Lucas, con su fiel compañero, un zorro llamado Copito, caminaba con determinación por el helado paisaje. De repente, se encontraron con un enorme lago congelado que debían atravesar para llegar al tesoro. Pero el problema era que el hielo era tan resbaladizo que cualquier movimiento en falso los haría caer al agua helada.

—¡Ay, no sé cómo cruzar este lago, Copito! —exclamó Lucas con preocupación.

El zorro, con astucia, sugirió:

—¿Y si utilizamos estas ramas que encontré para crear un camino seguro sobre el hielo?

Lucas asintió emocionado ante la idea inteligente de su amigo. Juntos, colocaron las ramas formando un camino que los llevaría al otro lado del lago. Con paso firme y seguro, lograron atravesar el lago sin contratiempos.

Al llegar a la orilla opuesta, se encontraron frente a una enorme puerta de hielo que los separaba del tesoro. Para abrirla, necesitaban resolver un acertijo:

—Si quieres pasar, deberás decirme: ¿Qué es algo que cuanto más se seca, más agua tiene? —dijo una misteriosa voz detrás de la puerta.

Lucas y Copito se miraron intrigados, pensando en la respuesta. Después de reflexionar un momento, Lucas exclamó:

—¡Claro! La respuesta es… ¡Una toalla!

La puerta de hielo se abrió lentamente con un crujido, revelando el tesoro brillante en su interior. Era una preciosa gema azul que desprendía destellos de luz.

Felices, Lucas y Copito tomaron la gema y emprendieron el regreso a casa. En su camino de vuelta, el sol comenzaba a derretir la nieve, haciendo que el paisaje cobrara vida nuevamente.

—Gracias, Copito, por tu astucia para cruzar el lago. ¡Sin ti, no habríamos logrado alcanzar el tesoro! —agradeció Lucas alegremente.

El zorro sonrió con satisfacción y respondió:

—¡Fue un placer, amigo! Los verdaderos tesoros son las aventuras que vivimos juntos.

Y así, Lucas y Copito regresaron a casa con la preciosa gema y un corazón lleno de recuerdos inolvidables de su aventura en el Reino del Hielo Eterno.


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