Matías y el monstruo que solo quería dormir

Érase una vez en un pequeño pueblo llamado Villa Feliz, vivía un niño llamado Matías. Matías era valiente, curioso y siempre estaba en busca de aventuras. Una noche, mientras caminaba por el bosque, escuchó un ruido extraño que provenía de una cueva. Valientemente, decidió acercarse y descubrió que dentro de la cueva vivía un monstruo.

El monstruo, a pesar de su aspecto aterrador, no era malo en absoluto. De hecho, era bastante amigable. El monstruo le explicó a Matías que se llamaba Momo y que tenía un problema: no podía dormir. Esto lo tenía muy preocupado, ya que el no poder dormir lo ponía de mal humor y asustaba a los habitantes del pueblo.

Matías, con su valentía y bondad características, le ofreció su ayuda a Momo. ‘No te preocupes, Momo. Yo te ayudaré a encontrar una solución para que puedas dormir tranquilamente’, dijo Matías con determinación.

Así fue como Matías y Momo comenzaron su búsqueda para resolver el problema del insomnio del monstruo. Primero, probaron con contar ovejas, pero eso no funcionó. Luego, intentaron con una taza de leche tibia, pero tampoco dio resultados. Fue entonces que a Matías se le ocurrió una brillante idea.

‘¡Ya sé, Momo! Creo que lo que necesitas es una canción de cuna. Mi mamá solía cantarme una todas las noches antes de dormir’, exclamó Matías emocionado.

Así que Matías se sentó al lado de la enorme cama de Momo y comenzó a cantar una suave melodía. La voz de Matías era dulce y reconfortante, y poco a poco, Momo empezó a sentirse más relajado. Sus ojos comenzaron a cerrarse lentamente y, finalmente, el monstruo cayó en un profundo sueño.

Al día siguiente, Momo se despertó sintiéndose renovado y lleno de energía. Estaba tan agradecido con Matías por haberle ayudado a dormir que decidió invitar a todos los habitantes del pueblo a una gran fiesta en su cueva para agradecerles por su amabilidad.

La fiesta fue todo un éxito. Hubo comida deliciosa, música alegre y risas. Los habitantes del pueblo se dieron cuenta de que, a pesar de su apariencia aterradora, Momo era en realidad un monstruo muy amable y cariñoso.

Desde ese día, Momo se convirtió en el monstruo más querido de todo el pueblo. Y todo gracias a la ayuda y la bondad de Matías, el niño valiente que supo ver más allá de las apariencias y encontrar una solución al problema de su nuevo amigo.


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