La historia del ratón que derrotó a la tormenta
Había una vez en el tranquilo bosque de Roblejuegos, un pequeño ratón llamado Miguel que vivía en una acogedora madriguera. Miguel era un ratón valiente y curioso, que siempre estaba dispuesto a ayudar a sus amigos del bosque en cualquier situación.
Un día, una terrible tormenta se abatió sobre el bosque. Los árboles crujían, las hojas volaban y los truenos resonaban en el aire. Todos los animales se refugiaron asustados en sus madrigueras, pero la lluvia comenzó a inundar el hogar de Miguel.
Miguel sabía que algo debía hacerse para salvar su hogar y a sus amigos, así que decidió salir valientemente a enfrentar la tormenta. En su camino, se encontró con Oscar, el búho sabio del bosque, quien le dijo: ‘Pequeño Miguel, la tormenta es poderosa, pero dentro de ti hay una fuerza aún mayor. Debes buscar en lo más profundo de tu corazón para encontrar la valentía que necesitas’.
Con estas palabras resonando en su mente, Miguel siguió adelante hasta llegar al río desbordado que amenazaba con destruir el bosque. Entonces, vio a Clara, la nutria ingeniosa, luchando por contener la crecida del agua. Miguel se acercó y le ofreció su ayuda.
Juntos, Miguel y Clara construyeron un pequeño dique con ramas y piedras para desviar el curso del río y proteger el bosque de la inundación. A medida que trabajaban, la tormenta parecía intensificarse, pero su amistad y colaboración los fortalecían.
De repente, un relámpago cayó sobre un viejo roble cerca de ellos, provocando un incendio. Todos los animales entraron en pánico, excepto Miguel y Clara. Miguel recordó las palabras de Oscar y, con calma, ideó un plan para apagar el fuego.
Reunió a los pájaros del bosque, que llevaron en sus picos pequeñas cantidades de agua del río y la arrojaron sobre las llamas. Poco a poco, el fuego se fue extinguiendo hasta desaparecer por completo. Miguel y Clara, con la ayuda de sus amigos, habían salvado el bosque de la destrucción.
La tormenta finalmente amainó, y el sol brilló de nuevo entre las nubes. Todos los animales del bosque se reunieron para agradecer a Miguel por su valentía y determinación. Incluso la tormenta, que al principio parecía imposible de detener, se detuvo ante el coraje y la bondad del pequeño ratón.
Y así, Miguel aprendió que no importa cuán grande parezca el desafío, con valentía, ingenio y la ayuda de amigos, cualquier tormenta, por feroz que sea, puede ser derrotada. Y colorín colorado, este cuento ha terminado.
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